Muchos docentes ya estamos de vacaciones, disfrutando de un merecido descanso, pero también es un buen momento ahora que estamos más relajados, para buscar, leer y seleccionar material para trabajar con las emociones en el próximo curso 2014/2015. Con el fin de trabajar las emociones comparto un meterial de Unicef, llamado ¿Cómo me siento?, y también mi propia actividad en el aula. Pero sabéis que mi lema es la fundamentación teórica, que da sustento a la práctica, y en este caso me basaré en los ya conocidos psicológos John Mayer y Peter Salovey, pioneros en la formulación del concepto de Inteligencia emocional.
Según Mayer y Salovey (1997: 10),
la inteligencia emocional incluye la habilidad para percibir con precisión, valorar y expresar emoción; la habilidad de acceder y/o generar sentimientos cuando facilitan pensamientos; la habilidad de comprender la emoción y el conocimiento emocional; y la habilidad para regular las emociones para promover crecimiento emocional e intelectual.
Este material, propuesto por Unicef, es una cuaderno de trabajo para el niño, en el cual presenta unas pautas para su desarrollo, y la que me ha parecido muy interesante lo que expresa:
Si algún niño no quiere compartir, no lo presione y dele un espacio para que se lo cuente a usted a solas.
Está claro que en un primer momento a ciertos pequeños y pequeñas les cuesta expresar su emoción, reconocerla, y quizás a la pregunta solo responderán: -Bien. Será a partir de nuestras dinámicas, reiteradas y continuas, de nuestro propio vocabulario emocional, cuando comiencen a ganar confianza para expresarse, por lo tanto debemos ofrecerles tiempo y respetar su expresión. El material es muy sencillo, y está bien para comenzar nuestras andaduras para trabajar las emociones.
En mi último grupo, la propuesta fue dibujar cómo nos sentíamos y luego pintar con acuarelas. La verdad que fue un estado de «flow», ya que el propio material provoca gran motivación. Luego continuamos con la expresión oral, no olvidemos la importancia que tiene el desarrollo del lenguaje y que es crucial para el incremento de las habilidades cognitivas que cubre la IE. Por lo tanto, aprovechamos también la ocasión para reforzar la escucha, ya que es un aspecto que se torna casi prioritario en educación. Estas actividades que son tan sencillas, nos permitirán de forma gradual incorporar al resto de habilidades: facilitación emocional en la actividad cognitiva, comprensión de las emociones y finalmente la regulación reflexiva de las emociones.