Tarea que tenía pendiente, compartir a través de un sencillo vídeo algunos de los momentos compartidos en los talleres de educación emocional impartidos a docentes de diferentes niveles educativos, y también a estudiantes de Magisterio.
Mis inicios como tallerista, no son tan lejanos como mis comienzos como maestra. Sin embargo, el hecho de compartir mis prácticas emocionales, mis reflexiones sobre aquellos aspectos que dan soporte y fortaleza a mi trabajo no solo me aporta muchas vivencias sino también emociones. He advertido que en los talleres de educación emocional se crean sinergias que me permites además de escuchar experiencias, inquietudes y puntos de vista de otros profesionales, también aprender. Nuestra tarea de aprendices no se termina nunca.
Siempre se crea un clima de respeto por las opiniones ofrecidas, a través de las actividades propuestas que intento que sean de trabajo colaborativo. Es lo que tiene trabajar con las emociones.Todo ello aporta una importante dosis de aprendizaje vivencial, que es el que más abogo siempre. Además me doy cuenta que hay muchas personas que están pre-ocupadas por el desarrollo emocional de sus alumnos, de sus hijos, y que ya debemos darnos cuenta que la educación emocional no es una moda, es una necesidad. Este es precisamente uno de mis objetivos en los talleres de educación emocional, concienciar sobre esta necesidad. La realida del aula lo afirma. Niños y adolescentes sanos emocionalmente obtendrán mejor rendimiento académico y serán personas más felices.
Por lo tanto esta entrada, está pensada como un reconocimiento para aquellos y aquellas grandes compañeras de camino, de profesión, que he tenido oportunidad de conocer y compartir charlas, debates y talleres de educación emocional duratne este curso escolar. Y no olvidéis las palabras de Baden Powell
Si desempeñas tu trabajo alegremente, éste se convertirá en un placer.