L’enfant terrible ¿Qué hacer con el niño difícil en la escuela?

En la Comunidad Valenciana, quedan escasos días para dar comienzo a un nuevo ciclo escolar. Y como todos los años quienes se preparan para el primer día, acarrean un cúmulo de emociones, importantes.
Seguro que si es un grupo nuevo, está la inquietud sobre el grupo, las familias y la pregunta que turba: ¿ y si me toca un niño «difícil» o «terrible»? Y a veces nos toca más de uno…o una. El caso es que cuando compré este libro, fue porque quería leer la propuesta de Bernard Aucouturier, promotor de la Psicomotricidad vivenciada.

Es un muy fácil su lectura y  destacan los  conceptos en estrecha relación con el desarrollo emocional de nuestros pequeños , no solo del niño difícil. Es el propio autor  que nos da respuestas muy válidas a la pregunta que inicia mi post.
Y si bien es cierto que «L’enfant terrible»(el niño difícil) puede provocarnos ansiedad e inquietudes, creo que la respuesta la tenemos a nuestro alcance, como siempre. Tal cual expresa el autor, a partir de nuestra observación deberemos detectar qué tipo de comportamientos específicos tiene, para ayudarnos en lo siguiente:

La comprensión profunda del sentido de su comportamiento y de su sufrimiento en la escuela.
La elaboración de propuestas educativas más ajustadas a este niño, de modo que se relativice la importancia de sus síntomas. El desarrollo de una pedagogía del aprendizaje escolar, de la formación del pensamiento mejor concebida para estos niñs atípicos en la escuela. (pág.22)

No etiquetar a los niños aunque sean difíciles Clic para tuitear
Detectadas las particularidades, que no significa «etiquetar», expone claramente cuáles pueden ser las causas, que sin duda alguna, son múltiples. También el autor en forma sintética describe los aspectos sensoriales, cognitivos, lúdicos y por supuesto emocional. Expresa:
«Un niño es un ser de emociones sin límites que expresa su bienestar y su malestar sin restricciones….las emociones deben ser acogidas con mucha atención… Así el educador debe ayudar al niño a expresar sus emociones, a verbalizarlas, a identificarlas y tal vez intentar comprenderlas en relación con el contexto familiar y escolar«

Características del niño difícil

Es aquí donde fallamos, cuando tenemos un pequeño más inquieto de lo normal. Si molesta, si no se adapta, si interrumpe, si no se relaciona satisfactoriamente, es por causas que debemos indagar, y luego pensar qué estrategias propondremos. No creo que para un niño que necesita moverse, mandarlo a la «dichosa silla de pensar» sea una alternativa eficaz. Ni para una niña cansada, atiborrarla con más actividades cognitivas que exigen concentración y mucha atención….En definitiva, sólo captaremos la atención del niño si la actividad propuesta le interesa, si la motivación, el deseo, el placer están presentes. Somos los maestros los que advertimos rápidamente cuando nuestros alumnos se aburren o están desmotivados.  Somos conocedores de nuestro gupo-clase y  los que sabemos cuáles son las necesidades de cada uno de ellos. Me adhiero a su propuesta «crear un marco segurizante», ese espacio que compartiremos muchos días, a lo largo del curso escolar. Espacio que debe «contener-nos», ofrecer seguridad, afecto, risas, abrazos, normas,rabias, alegrías, charlas, debates, perdones, silencios, miradas, afecto, Emociones… De esta manera también será más fácil que aprendan a regular sus emociones, un aspecto muy importante en la Inteligencia emocional.

Estoy segura que si creamos este «marco segurizante» en palabras del autor, estos y estas niñas dejarán de ser tan «terribles».
Me gustaría que la pedagogía reservada al «niño terrible»- pedagogía que se inspira ampliamente en métodos activos, sugeridos por pioneros como las escuelas Montessori, Decroly, Freinet-no se reservara únicamente a este niño, sino que pudiera dirigirse a todos los niños escolarizados»  (pág-67)
 
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