Debemos trabajar en el aula esta fortaleza, cuyo abordaje lo podéis encontrar en el programa de AULAS FELICES, pero como toda práctica educativa, los docentes como modelos emocionales, también debemos aplicar la gratitud en nuestra vida personal y profesional. Particularmente la gratitud la relaciono también con un momento de reflexión y autoevaluación sobre como se ha presentado el curso escolar. Es un fenómeno algo extraño, que cuando llegan los claustros, poco se habla de nuestra propia evaluación, y sí mucho sobre los logros de nuestros alumnos y alumnas. Pero es un tema que merece un post especial.
Así es que después de mi reflexión, siempre viene la gratitud, hacia los peques porque me permiten ser parte de su educación, ayudan en mi crecimiento profesional y personal; y sobre todo, me dejan disfrutar los días escolares regalándome momentos de plena alegría. Aunque también hay piedras, pero son los conflictos los que hacen desarrollar mi creatividad y mi propia inteligencia emocional, para poder solventarlos. Así es que peques :¡Gracias! y a las familias por ser cómplices de mis propuestas en el aula.
Así es que después de mi reflexión, siempre viene la gratitud, hacia los peques porque me permiten ser parte de su educación, ayudan en mi crecimiento profesional y personal; y sobre todo, me dejan disfrutar los días escolares regalándome momentos de plena alegría. Aunque también hay piedras, pero son los conflictos los que hacen desarrollar mi creatividad y mi propia inteligencia emocional, para poder solventarlos. Así es que peques :¡Gracias! y a las familias por ser cómplices de mis propuestas en el aula.
Y a mis compañeros de trabajo, también muchas gracias por que me demuestran que hay muchos «fueguitos locos» ( en palabras del añorado Eduardo Galeano) que encienden con ilusión los corazones de sus alumnos.
A los docentes asistentes a mis talleres, compañeros de batallas, gracias por vuestra atención tan plena, por estar o no de acuerdo con mis afirmaciones, porque vuestras palabras de gratitud tienen la tibieza de los rayitos de sol en un día gris. Por los abrazos, los besos, las risas, el cariño, la sinergia creada en cada taller, por abrir vuestra alma y responder con franqueza y emoción a una pregunta que es simple y profunda ¿y tú como te sientes? Gracias por querer aprender sobre el complejo mundo de las emociones, las nuestras ante todo y de esta manera ayudar a nuestros niños y niñas a estar alfabetizados emocionalmente.
Mi último agradecimiento es para mi familia, que es mi faro, mi soporte principal, siempre dispuestos a escuchar mis ideas, anécdotas, problemas, siempre..siempre están a mi lado, y son el motor que me da energía.
Para todos, grandes y peques, ¡GRACIAS!