Creo que debe ser una pregunta que nos debemos hacer no solo cuando comenzamos curso, sino durante el mismo. La motivación y las emociones están íntimamente ligadas, y en Inteligencia emocional, uno de los aspectos claves señalados por Daniel Goleman es precisamente la motivación. Este término proviene del latín «movere» que significa moverse, poner en movimiento, estar listo para la acción,; y las emociones también nos predisponen para la acción ya que la emoción es un p
roceso activador de la conducta.
Siempre me han preocupado los aspectos motivacionales de nuestras clases, quizás por el recuerdo de cuando era estudiante de Magisterio, hace 30 años, y la insistencia de mis profesores -grandes profesores- que recalcaban mucho la importancia que tenía motivar a los alumnos, antes de presentar un determinado concepto. La experiencia me demostró lo que mis profesores me habían enseñado; que niños motivados era igual a niños implicados en su propio aprendizaje; que con niños motivados no hacen falta sanciones disciplinarias( llámese castigos, silla de pensar, amonestaciones, expulsiones…); que con clases motivadas logramos más fácilmente «el estado de flujo en términos de Mihály Csíkszentimihályi; que con grupos motivados están más predispuestos a hablar de emociones… Podría hacer una larga lista de objetivos que logramos teniendo clases motivadas, predispuestas a la acción, sobre todo, a su propia acción. Y estoy segura que muchos compañeros de camino educativo también los han desvelado.
«Adentrarse en la conciencia humana y arrojar luz sobre los entresijos del deseo es ´solo el primer paso para llegar a dominar la llave que abre y cierra la motivación»-José Antonio Marina.