En la entrada anterior les contaba sobre la charla y talleres de educación emocional que compartí con las familias del cole, CEIP Juan Esteve Muños-Albal, gracias a la colaboración del AMPA. También en el ciclo de Infantil, se decidió los viernes realizar diversos talleres: cocina, manualidades, música, cuentos, psicomotricidad, ciencia y…como no, educación emocional. Por el momento han pasado 5 grupos, entre 4 y 5 años, aún me faltan los peques de tres años.
La actividad consistía no solo de hablar de nuestras emociones ¿cómo me siento hoy?, sino intentar reconocer las emociones de otras personas. Para ello, utilicé mis socorridos corazones, y de esta manera pudimos identificar si era hombre, mujer, niño, niña…y bucear en el mundo de las emociones, haciendo predicciones sobre el estado de ánimo de la imagen elegida.
Se nota mucho, cuando los niños están más habituados a hablar de emociones, a «ponerse en situación de..», y contar sobre los motivos de la tristeza, la alegría, el enfado….Por ejemplo:
-Se siente contenta porque se va de fiesta
-Se siente contenta porque le han regalado un collar.
-Se siente enfadado porque no quiere trabajar.
-Se siente triste porque no le regalan nada.
-Se siente triste porque está en la guerra.
Los motivos variaban también, de acuerdo a lo que decían sus compañeros, repetían en muchos casos, que es lo que suele suceder cuando no están habituados a realizar estas actividades con más frecuencia.
Ya que hace algunos años que participo de Filosofía para Niños, me he servido de esta manera de trabajar, ya que el diálogo entre iguales es una forma eficaz de construir conocimiento.
Mediante el diálogo se movilizan recursos cognitivos y lingüísticos que dan toda la riqueza al intercambio, pero también se fomentan habilidades como la consideración del punto de vista ajeno y el pensamiento crítico. (Pensando las emociones. M.Giménez Dasí, M.Fernandez Sánchez, M.France Daniel. Editorial Pirámide).
En definitiva, dotar de conocimiento y estrategias, para poder relacionarnos socialmente, es una herramienta provechosa para toda la vida. Y hablar de nuestras emociones, es una de las mejores y más genuinas formas de hacerlo. De todas maneras, intentaba ahondar en sus respuestas, para ayudarles a pensar, o sino solicitaba la ayuda de compañer@s que se les ocurrían otras ideas.
Posteriormente, preparamos a «Don/ña alegría-tristeza» a modo de títere para llevar a casa y jugar con la familia. Nos serviría para expresar nuestras propias emociones y porqué no la de los integrantes de la familia. Todos los grupos participaron con entusiasmo y motivados por tener su propio títere.
Es una actividad sencilla que se puede incluir en nuestra programación como punto de partida para familiarizarlos con la expresión emocional, ya que sabemos que el reconocimiento de emociones ( propias-ajenas) es el primer aspecto a trabajar en el constructo llamado Inteligencia emocional.
Así es que ya tenéis ideas, esta vez en forma de talleres de educación emocional para apuntar para el próximo curso escolar.¿ noo? ¿qué digo? las emociones no pueden esperar…Nada de esperar calendarios, ni leyes, ni ordenes…no olvidéis lo que siempre repito La educación emocional no es una moda...es una necesidad. Clic para tuitear