Libros de texto en infantil

¡Uf! Una simple interjección para manifestar mi estado emocional de últimos días. Ahora me permito compartir mi reflexión sobre el uso de los libros de texto en infantil. Precisamente, este tema fue el que provocó que la rabia y la desazón me invadieran. Emociones desagradables, que intentamos evitar  pero que están presentes en nuestro día a día.

Hoy, con más calma, hago mi planteamiento. Hace unos días, llegó una niña de otro cole, y por supuesto, como suele ocurrir en estos casos, solicité hablar con la madre y el padre, para realizar la entrevista (me informaron que en el otro cole no los habían entrevistado ¿?). Acompañados de la incertidumbre por conocer el nuevo cole de su pequeña, su entorno de ahora en adelante, se presentaron con los famosos libros que le habían pedido en el otro centro. Mejor dicho, con la pila de libros, porque eran siete… Y eso pedimos que quitaran algunos, porque si no sería trece, dijo la mamá cuando vio mi cara de estupefacción, al límite de la indignación. Siete libros para niños de tres años, que ni siquiera saben leer, que necesitan movimiento y no anclarlos a una mesa a rellenar páginas coloridas. Niños que necesitan enriquecer su vocabulario, ya que su lenguaje oral está en pleno desarrollo. Como si tantos libros representaran el medio idóneo para que se expresen. De ahí mi malestar. Hace muchos años que los docentes luchamos por reivindicar la función y la importancia de nuestro nivel. Muchos docentes lo hacen, pero otros no. Y después se quejan del «sistema educactivo». Somos parte del sistema y con nuestras prácticas lo conducimos a que sea el mejor o esté en la cola, como sucede en España.

Sí, soy la peleona del cole, porque gran parte de mi vida he trabajado con poquísimos recursos,y por ello no puedo justificar que se malgaste el dinero en fotocopias, en libros que apenas se usan. Que gastemos dinero en estas cosas y luego permitamos que algunos niños no puedan ir de excursión porque los padres no pueden pagar, es un despropósito. ¿No es el centro una comunidad que protege  y ampara a los desfavorecidos? Pues, eso aprendí yo. Pero este tema es para otra reflexión.

Sigamos. ¿Libros de tamaño en A3 para realizar plástica? ¿Pero es que acaso nos hemos olvidado de que existen los folios de ese tamaño, y que podemos presentar muchísimas técnicas grafoplásticas para que el niño se exprese y desarrolle su creatividad? Creatividad tan ansiada, pero ya veo que poco estimulada  en plena etapa infantil. ¿O es que acaso en las universidades no se enseña o explica cómo se debe trabajar en Infantil, cuáles deben ser nuestros objetivos, cuáles son las características tanto cognitivas como emocionales y motrices de cada rango de edad, es decir de 3 a 6 en segundo ciclo? ¿Cuáles son las necesidades de nuestros niños? Estoy segurísma que no se están respetando. ¿Somos cómplice de ellos? Tanto las familias que lo aceptan, como todo el centro educativo. Muchas preguntas que siempre estallan en mi cabeza y cuyas respuestas intento abordar.

Por un lado, parece que en la actualidad esto de las emociones es viral, que las  prácticas innovadoras se aplauden, como se aplauden cientos de «expertos» que se exhiben y nos cuentan una historia que los que llevamos años en el aula, ya la conocemos. Y por el otro, docentes que parece que no se enteran de que es hora de romper la zona de confort, de arriesgarse, de  incluir otras prácticas, de actualizarse y  empaparse de buenas lecturas para llegar al aula muy preparado para presentar actividades que permitan que nos invada un agradable clima emocional.

Cómo trabajamos en Infantil

Con siete libros, ¿se podrá trabajar el desarrollo de las habilidades sociales, la motricidad fina y gruesa, la mezcla de colores, el juego simbólico, etc.? Me declaro incompetente para que una Editorial me diga cómo tengo que seguir a mi grupo de niños. Puedo utilizar un libro como herramienta, así como uno una PDI, una tableta, un cuento, un títere… Los años de profesión me han enseñado que los conceptos se aprenden haciendo, se construyen a través del juego, de relacionarnos y respetarnos, usando diversos materiales como tijeras, crayones, plastilina, papeles coloridos, rotus gordos y finos (como les llaman aquí ), ceras blandas, que tan bonito pintan, témperas, acuarelas, pinceles , y podría estar aquí enumerando todo el material que se gasta en Infantil. ¿Todos estos años habré hecho mal mis prácticas? Nunca nadie me lo dijo, ya que una sola vez trabajando en Argentina, vino una inspectora a visitarme a clase. El resto de años lo hice sola, a veces con la ayuda de otros compañeros y una que otra vez de la dirección. ¿Será acaso que estos docentes que siguen al pie de la letra un libro, o dos, o siete, no saben qué hacer con el grupo? Como siempre muchas preguntas.

En fin, sigo mi camino, que hace mucho que decidí cómo sería. Me llevará toda la vida recorrerlo. A veces me invadirá la rabia, el desconcierto, pero lo olvidaré rápidamente cuando pise el aula, y pueda abrazar a tantos pequeñajos que están construyendo su vida, y a tantas familias preocupadas por el bienestar de sus hijos. Los siete libros de texto en infantil no cambiarán mi forma de entender la educación, pero sobre todo de sentirla. Clic para tuitear

Ahora os dejo un pequeño vídeo sobre nuestras rutinas, ya están expresando cómo se sienten cuando el encargado del día les pregunta. ¡A disfrutar!

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