Las emociones en el Período de Adaptación

Faltan apenas unos días para el comienzo de un nuevo curso escolar. Nervios,inquietud , interrogantes,ansiedad…un cúmulo de sensaciones y emociones que tanto a padres como a los pequeños inquietan. Para los padres la incorporación del niño o niña al mundo del colegio producirá un cambio en la vida familiar( en España recordemos que los peques lo hacen a partir de los 3 años).Muchas son las preguntas que se hacen: ¿le gustará ir al cole?, ¿y si llora y no se quiere quedar?, ¿cómo será la maestra? y una serie de interrogantes que por otra parte también los maestros nos  sobrecogen. Por ello es responsabilidad de la familia y de los educadores organizar el  período de adaptación para facilitarle al alumno su ingreso y evitar así que lo asuma sin traumas ni desavenencias.

Desde mi experiencia decir que todos los inicios de cursos ( que fueron muchos) me producían este hormigueo, mezcla de ansiedad y nervios.Todos los años me encontraba con un grupo distinto de niños y familias, ya que a diferencia de España, los alumnos en Argentina comienzan su ciclo escolar a los 5 años de forma obligatoria. Y también me preocupa mucho la relación con las familias, ya que considero que es necesario crear un vínculo empático importante con ellas, para comprender mejor a nuestros niños y niñas de la clase. Aspecto fundamental de la organización mencionada, es la primera toma de contacto realizada a través de las entrevistas, ya que  todos los datos que recabemos serán luego importantes si surge un conflicto en nuestos alumnos, para poder resolverlos.

Para ese primer día, que apenas era de una hora, (la regulación horaria dependerá de las directrices de cada centro escolar) preparaba una actividad compartida con los padres. En cierta ocasión preparé  un gran árbol en la pared , y les entregué a los padres folios y marcadores  para que dibujaran el contorno de la mano del niño, con su nombre y un deseo para el curso escolar. De esta manera los fuimos colocando a modo de hojas, y la verdad que fue una actividad que nos sirvió para relajarnos, disfrutar y comenzar a crear los primeros vínculos afectivos.

Un cuento corto, una canción, un títere, todos recursos que nos pueden servir para este primer encuentro que debe permitirle al niño sentirse seguro, tranquilo, confiado en ese nuevo ambiente diferente de su hogar.

Sin embargo, suele suceder, que nos encontremos con pequeños que lloran, se cogen con fuerza de su acompañante, no nos miran a la cara, se enfadan y no escuchan nuestras palabras que intentan consolar. ¿Qué hacemos? ya sabemos que la risa, el llanto se contagia. Empiezan a haber «pucheros», que pueden desestabilizarnos y romper esa idea mental que teníamos en nuestra cabeza de cómo iba a ser ese día. Ante todo: calma. No es fácil y lo sé, pero no permitir  que la situación nos domine. Los padres también suelen perder el equilibrio, se incomodan, y hasta a veces se enfadan con su hijo. Debemos mantener firmeza y si es necesario que lo acompañen hasta el sitio, y permanezcan junto al pequeño, pues no pasa nada. Seguiremos  con nuestra actividad, dirigiéndole nuestra mirada, una sonrisa, una caricia,un piropon,demostraciones de afectividad, complicidad y  comprensión ante la situación.

 Totalmente de acuerdo en la afirmación de Carmen Ibañez Sandín que expresa que

Deseo que este nuevo curso escolar,  este período de adaptación y todo el curso escolar, nos permita compartir muchas emociones, muchos momentos para no olvidar y que seamos parte del crecimiento de nuestros niños y niñas.

Una imagen con un toque de humor para finalizar