Además de utilizar el Reloj de las emociones, que en otra entrada ya comenté que se encuentra en el Rincón de las emociones y que nos permite mover las agujas según el estado de ánimo de los personajes. Esta vez hemos reflejado nuestra tristeza dibujando qué situaciones nos ponen triste. Cómo podéis ver los niños lo relacionan siempre con la carencia de una golosina, un juguete, pero debemos también dialogar con ellos, sobre otras situaciones que no se relacionen con cosas materiales. Por ejemplo, si peleamos, si no compartimos un juguete, si me dicen cosas feas, etc. serán situaciones para trabajar dicha emoción.
Siempre repito que en un primer momento a nuestros peques les cuesta encontrar los motivos, o suelen repetir lo que han escuchado de su par anterior. Por ello que los adultos, en este caso el docente debe ofrecerle vocabulario emocional, ser paciente y no dejar de realizar estas prácticas casi como rutinas, o cuando así lo exija las situaciones del aula.
Trabajamos la tristeza con las familias
También a las familias les suelo explicar que si bien la tristeza es entendida como una emoción «negativa», tiene valor como todas las emociones básicas y debemos legitimarla. Es decir que no valen mensajes como : «no llores», «eso no es nada», » por tan poco y estás llorando», «¡venga machote, que eres un varón y no debes llorar», etc. Al contrario debemos ofrecer mensajes positivos, y prestar nuestra oreja ( acordaos de la oreja verde de Rodari) y nuestro corazón para escucharles y dejarles un espacio para que expresen su tristeza.
Otra sugerencia a las familias es que si algún miembro de la familia, mamá, papá o algún hermano está triste, no debe ocultarlo y hablar con naturalidad de ella. De esta manera el niño entiende que esta emoción es parte de nuestra vida.
Se encuentra dentro del grupo de las de repliegue y es conocida como la más reflexiva de todas.Evoca siempre algo que ha ocurrido en el pasado y su función es ayudarnos a estar conscientes de una cosa, situación o persona que hemos perdido o añoramos.
La tristeza también nos sirve para soltar y dejar ir lo que no nos pertenece o nos hace mal. Por último, otra de las funciones de la tristeza es la de permitir a los demás que nos acompañen, evitando volvernos demasiado vulnerables o dependientes.
Un comentario en «Hablar de la tristeza»
Me ha encantado tu blog. Gracias por dejar un comentario que me hizo llegar hasta aquí. Estos temas que tratas en tu blog me interesan muchísimo. Volveré. Saludos.