La moda de las emociones

Interesante planteo nos propone José L. Zaccagnini Sancho (Universidad de Málaga) en el capítulo II del libro presentado en este post. Desde mi punto de vista no hay novedad alguna. Y aunque nos parezca que hay una moda de las emociones, ya Aristóteles trataba el tema de las emociones, e incluso diversos filósofos abordan su importancia. Está claro que en educación surgen corrientes que muchas veces se ponen de moda, como el intento de aplicar la Psicogénesis del aprendizaje de forma pura a la enseñanza, aún cuando la psicología genética no ha sido una teoría desarrollada con el objetivo de ser empleada en pedagogía sino que fue elaborada con un propósito declaradamente epistemológico. La inteligencia emocional no solo trasciende las barreras de las teorías de moda, si no que se está redimensionando su importancia en absolutamente todos los aspectos de nuestra vida.

….Pero, como todos sabemos, las emociones se han vuelto muy importantes, y están «de moda». En efecto, las «emociones», las «pasiones», los «sentimientos» y los «deseos»…etc., es decir, todo aquello que nos conmueve psicológicamente, parece estar de moda. Es algo que viene ocurriendo en los países occidentales desarrollados, desde fines del Siglo XX. De manera que el tema está tomando un claro protagonismo dentro de nuestra actual cultura capitalista «posmoderna». Cada vez se habla más de las «emociones» , y se insiste en destacar el importante papel que juegan en nuestras vidas cotidianas. Ahora bien, es tal la insistencia en resaltar el papel de las emociones que se diría que acabamos de descubrirlas. Y, desde luego, no es así. De hecho hay quien critica esta «nueva moda», señalando precisamente que no tiene nada de nuevo ni original señalar la influencia de las emociones en la vida humana. En los albores de nuestra cultura occidental, allá en la Grecia Clásica, es decir más de quinientos años antes de Jesucristo, el tema de las pasiones, el amor, el odio, el placer y el poder, ya estaba muy presente en la mentalidad de la época. Desde entonces, y de manera interrumpida, las «pasiones» nos han acompañado, tanto en la vida cotidiana como en la política, la economía, el arte y en casi todos los espectáculos con los que ocupamos nuestro tiempo libre. Así que no cabe la menor duda que la presencia psicológica, social y cultural de las emociones ha estado funcionando desde que el ser humano aparece en este mundo. De manera que es legítimo preguntarse: ¿dónde está la novedad?….»(pág. 33)

Inteligencia emocional

En los años 90, tras la aparición de «Inteligencia Emocional de Daniel Goleman», la temática comienza a difundirse. La novedad, si es que la hay, radica en la forma de llevarla  a la práctica en los diferentes ámbitos, en mi caso particular en la Educación Infantil. Con la intención de realizar una sistematización en la enseñanza del desarrollo emocional, surgen Programas de Educación Emocional, como el que ofrece por ejemplo, el Dr. Bisquerra, programas CASEL (Consortium for the Advancement of Social and Emotional Learning»con más de 200 programas, en el que participan 21 universidades norteamericanas y diversas organizaciones no gubernamentales)e incluso se ofrecen Másters en Universidades españolas(Universidad Camilo José Cela, UCM, Univ. Barcelona, etc.)

Está claro que aún falta camino en cuanto al ámbito concreto de la escuela, ya que siguen pesando más otros aspectos curriculares, y no se aplica de forma metodológica el desarrollo de las emociones, con sus correspondientes objetivos, propuesta de actividades, evaluación…

Dado los excelentes resultados que se obtienen en aquellos espacios de trabajo como centros educativos, empresas, sería un despropósito no informarnos, capacitarnos para poder ofrecer a nuestros alumnos un plan de trabajo que abarque la competencia emocional.

Mi intención es animar a los maestros a prepararse  y ofrecer un nuevo planteamiento didáctico para formar niños y niñas más felices y preparados para abordar las diferentes situaciones que la vida les presente. De esta manera demostramos que la moda de las emociones es una falacia.

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